En un entorno laboral en constante evolución, los riesgos tradicionales —como caídas, cortes o sobreesfuerzos— siguen presentes, pero no son los únicos que deben preocuparnos. En Europreven Mataró somos conscientes de que los riesgos emergentes están adquiriendo cada vez mayor relevancia, y que anticiparse a ellos es clave para garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores.
Los riesgos emergentes son aquellos nuevos peligros que surgen como consecuencia de cambios tecnológicos, sociales, organizativos o medioambientales, y que aún no están suficientemente identificados, evaluados o regulados. A continuación, repasamos los principales factores a los que deberemos prestar especial atención en los próximos años.
1. Digitalización y uso intensivo de nuevas tecnologías
La incorporación de la inteligencia artificial, la robótica colaborativa, la automatización de procesos y el análisis de datos masivos están transformando la forma en que trabajamos. Estos avances suponen mejoras en eficiencia y productividad, pero también conllevan nuevos riesgos:
- Sobrecarga cognitiva debido al uso continuo de múltiples plataformas digitales.
- Dependencia de sistemas automatizados que, en caso de fallo, pueden generar situaciones críticas.
- Falta de formación específica para el uso seguro de tecnologías avanzadas.
Además, surgen interrogantes sobre la privacidad de los datos laborales y los límites de la vigilancia digital en el entorno de trabajo.

2. Riesgos psicosociales y salud mental
El estrés, la ansiedad y el burnout (‘síndrome del trabajador quemado’) están en aumento, especialmente en entornos hiperconectados o con alta presión por resultados. Factores como la inestabilidad laboral, la desconexión digital insuficiente o la gestión deficiente de equipos pueden generar un impacto negativo directo en la salud de las personas trabajadoras.
La prevención de riesgos psicosociales será una de las grandes prioridades de la próxima década. Las empresas deberán adoptar medidas preventivas específicas, promover el bienestar emocional y desarrollar entornos de trabajo más humanos, flexibles y saludables.

3. Teletrabajo y nuevas formas de organización laboral
El teletrabajo ha llegado para quedarse, pero muchas empresas todavía no han adaptado sus planes de prevención a esta nueva realidad. Entre los riesgos emergentes más frecuentes se encuentran:
- Ergonomía deficiente en el domicilio del trabajador.
- Aislamiento social y pérdida de contacto con el equipo.
- Dificultades para desconectar fuera del horario laboral.
Es imprescindible establecer protocolos claros, proporcionar recursos adecuados y formar a los empleados en autogestión del entorno laboral remoto.

4. Cambio climático y riesgos medioambientales
El calentamiento global, el aumento de las temperaturas extremas y la proliferación de fenómenos meteorológicos adversos también afectan al ámbito laboral. Algunos de los riesgos emergentes asociados incluyen:
- Mayor exposición al calor en trabajos al aire libre.
- Riesgo de interrupciones por inundaciones o incendios forestales.
- Necesidad de adaptar los equipos de protección y la infraestructura ante condiciones extremas.
La prevención deberá tener en cuenta el entorno físico cambiante, y las empresas deberán incorporar la sostenibilidad como parte de su estrategia preventiva.

5. Diversidad, envejecimiento y salud laboral
La población laboral es cada vez más diversa en términos de edad, género, cultura y capacidades. Esto supone un reto preventivo: diseñar entornos inclusivos y seguros para todos. Además, con el progresivo envejecimiento de la población activa, será necesario adaptar las condiciones de trabajo a las nuevas necesidades funcionales y fisiológicas.
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